Análisis de las “ejecuciones
extrajudiciales” del conflicto armado en Colombia a partir del film Silencio en
el paraíso
Presentado por:
Evelyn Franco
L. Felipe Cossío
L. Paola Martínez
Ricardo Patiño
Profesor: Arizaldo Carvajal
Programa de Trabajo Social
Curso: Cine, Sociedad y Trabajo Social
Santander de Quilichao, Noviembre 4 de 2015
Introducción
En
este trabajo se encuentra plasmado el análisis de la problemática ejecuciones
extrajudiciales (falsos positivos) a partir del film “Silencio en el paraíso”.
Partiendo de la descripción de la ficha técnica, la sinopsis, el director, los comentarios, críticas y el
contexto socio- histórico de la película; para continuar con la descripción y
análisis de la problemática a tratar y la intervención desde el Trabajo Social,
en este caso con un enfoque de género y teniendo como principal herramienta los
procesos de Memoria Histórica.
Ficha técnica
Título: SILENCIO EN EL PARAÍSO
Dirección: Colbert García
País: Colombia
Año: 2011
Fecha de estreno: 25 de noviembre
Duración: 93 minutos
Género: Ficción / Drama
Reparto: Francisco Bolívar, Linda Baldrich,
Esmeralda Pinzón,Alejandro Aguilar, Andrés Felipe Torres, Pedro Palacio.
Guion: Mauricio cuervo y Colbert García
Productores: Ocho y Medios
Comunicaciones
Sinopsis
La
realidad de la miseria y de la guerra se cierne sobre los muchachos de un
barrio popular de Bogotá; Ronald de 20 años, es el propietario de una bicicleta
engallada con la que recorre las polvorientas calles del barrio el Paraíso
haciendo publicidad a fuerza de voz y megáfono. Un barrio que resulta enclave
de miseria con una vista privilegiada sobre la ciudad de Bogotá. El
protagonista Ronald, está enamorado de Lady, una chica del barrio, con la que
vivirá una historia de amor que se verá truncada por el absurdo; cuando un
teniente ambicioso y un sargento sin escrúpulos junto a su amante montan, una fábrica
de bajas en combate para lograr ascensos y recompensas.
Director
Colbert García
Guionista
y director caleño con más de 15 años de experiencia de la mano de su propia
casa productora Ocho y Medios Comunicaciones, con la que ha realizado
producciones independientes, desde documentales hasta seriados de ficción con
los que ha ganado en cuatro ocasiones estímulos del Fondo para el Desarrollo
Cinematográfico -FDC. El 25 de noviembre de 2011 estrenó su ópera prima Silencio en el Paraíso.
Estudió
Cine en Cuba y dirección de actores en Argentina. Su carrera profesional la
inició como documentalista, destacándose por el tratamiento directo de
temáticas ligadas a la crudeza del conflicto armado y la violación de los
derechos humanos. Un ejemplo de estos,
es Comunidades de Paz, un
documental exhibido internacionalmente que plasma el drama de una población
entera del Chocó desplazada por la violencia, a la cual García siguió durante 5
años. A este trabajo le siguieron la codirección del documental War Takes para ZDF de Alemania (2002);
¿Somos violentos por naturaleza?,
¿Sirve o no la negociación?, ¿Qué es el Estado?,¿Somos víctimas o victimarios? (2002)
para la Vicepresidencia de la República y la Agencia Española de Cooperación
Internacional; Municipios en el dial (2005)
para el Ministerio de Comunicaciones; 8 documentales sobre la vida cultural y
turística de Bogotá, Bogotá Múltiples
caras (2003-2004) para el Instituto Distrital de Cultura y Turismo; ¿Dónde está la infancia? (2004), Caminos seguros (2004 -2005 y Volver a la escuela(2005) para la
Secretaría de Educación Distrital; entre otros. El último documental que ha
realizado se llamó El abogado de los
diablos (2011).
Comentarios
frente al film
“Por
más que se haya hablado de un tema, abordarlo desde una nueva perspectiva podrá
decir algo inédito o ahondar más en él. Esta cinta es sobre el más grande
escándalo del gobierno de Colombia de los últimos años. Pero en lugar de
encarar de entrada y explícitamente el crimen de estado en cuestión, el relato
prefiere sugerir sus horribles consecuencias por vía de la construcción de una
historia y unos personajes que le dan un rostro más humano a tal injusticia y crueldad”.
Oswaldo
Osorio (periodista)
Las
oscuras sendas del país
“Colbert
García construye una película cuidada, de buen manejo de cámara, de buenas
tomas pero en especial, respetuosa con las víctimas, sin amarillismos, ni
excesos. La historia agridulce, nostálgica de Ronald, encierra por sí misma la
ternura que produce este personaje y la indignación por su destino y el de sus
compañeros. Rabia, enojo y estupor, porque sigue habiendo Silencio en El Paraíso, sobre todo
eso, SILENCIO”.
Sandra Ríos
Silencio en el
paraíso, un film para no olvidar la infamia.
Cine Vista
blog
Sobre
las preferencias de los colombianos a la hora de ir a cine, y sobre todo cine
nacional, el cineasta caleño afirma: “A la gente en las salas le gusta ver
comedia, porque está cansada, y más en un país como el nuestro, de tanta
tragedia, pero nosotros tenemos que mirarnos a los ojos y entender que, si
queremos avanzar como sociedad, tenemos que mirar lo que nos está pasando y lo
que nos ha pasado”, subrayó.
Entrevista al Director Colbert García
El Tiempo 29
abril de 2012
Crítica frente al film
El
periódico El Colombiano de Medellín el 27 de noviembre de 2011 menciona una
inconsistencia la forzada
relación entre el protagonista y la mujer que contrataba jóvenes.
Premios
ü Película
ganadora de un estímulo de Posproducción de Largometrajes del Fondo para el
Desarrollo Cinematográfico-FDC 2010.
ü El
largometraje Silencio en el
Paraíso (2011), ganador de la Biznaga de Plata al mejor
largometraje en la sección Territorio Latinoamericano del decimoquinto Festival
de Cine Español de Málaga, en el sur de España, según el fallo del jurado.
Contexto
Socio-histórico
En Colombia la historia del conflicto armado, es larga
y compleja. Por tanto, se puede explicar desde diferentes épocas o momentos
históricos, con la presencia de múltiples actores (legales e ilegales) con
características particulares. Dicho conflicto viene desarrollándose en un
periodo de tiempo que completa más de 6 décadas de existencia. En esta medida,
siguiendo a Guillermo Botero Nieto quien divide los últimos 26 años en dos períodos
diferentes en la confrontación armada donde
“en el
primero, hay una preponderancia de eventos realizados mayoritariamente por la
guerrilla; en el segundo, los actores más frecuentes son las
autodefensas y grupos paramilitares. Ambos grupos armados ilegales están en
gran medida financiados por sus vinculaciones con el narcotráfico” (Botero
2012).
Ahora bien el afán de las
fuerzas armadas legales de nuestro país por mostrar resultados positivos en los
combates y la eliminación de los grupos insurgentes, los llevo a crear una
estrategia denominada falsos positivos o ejecuciones extrajudiciales; la cual consiste en asesinar a un grupo de personas
inocentes, para que el ejército, fuerzas militares o el gobierno las muestren
como "positivos en la guerra contra los terroristas" (en
este caso los miembros de las FARC).
Por otro lado, las ejecuciones extrajudiciales
tuvieron una gran relevancia en el país en la
década del 2000 al 2010, pero todo esto se desenvolvió en el año 2008
gracias a la aparición de 19 cadáveres de jóvenes que habían desaparecido en el
municipio de Soacha y de la localidad de ciudad bolívar, en Bogotá.
Los 19 jóvenes desaparecidos vivían una vida
honrada rebuscando las cosas; pero a estos jóvenes les ofrecieron 10 millones
de pesos, por ir a trabajar a la costa atlántica, y estas personas aceptaron el
supuesto trabajo por esta gran cantidad de plata, porque con este salario
podían sostener a su familia y satisfacer sus necesidades. Luego de esto los
cuerpos de estos muchachos empezaron a aparecer con marcas de balas en la
morgue de Ocaña al norte de Santander, estas personas fueron víctimas de un
gran engaño por parte del ejército nacional.
Problemática:
Ejecuciones Extrajudiciales
Ejecuciones Extrajudiciales
“Colombia es un país que sufre complejos fenómenos
políticos, sociales y económicos que han venido confeccionando un contexto cada
vez más distante de lo que puede llegar a ser una sociedad democrática. Dentro
de los fenómenos políticos relacionados con el conflicto armado en la última
década llama poderosamente la atención el fenómeno de los falsos positivos. Como
se sabe se denomina falsos positivos (ejecuciones extrajudiciales) a las
operaciones militares que entregan como resultado bajas de supuestos guerrilleros
o paramilitares muertos en combate. Falsos en la medida en que las bajas no son
personas que hacen parte de algún grupo al margen de la ley sino campesinos,
habitantes de la calle, trabajadores informales, entre otros. Y positivos ya
que ésta es la terminología que utiliza las Fuerzas Armadas de Colombia para
referirse a un éxito operacional. Aunque esta problemática se profundiza con la
política de seguridad democrática del último gobierno, tiene sus inicios en
gobiernos precedentes, deslegitimando el accionar de la Fuerza Pública y
convirtiéndose en una práctica sistemática de terrorismo de Estado en Colombia”
(Gómez, 2010).
¿Quiénes
eran las víctimas?
Fuente, (Sin año) Soacha: La punta del ICERBEG. Falsos
Positivos e Impunidad, Caracterización de Victimas – pág. 40
Implicaciones
Psicosociales
“Los mecanismos de impunidad que se crean a partir
de estos crímenes se convierten en estrategias que afectan directamente los imaginarios
de la sociedad. A partir de la liberación de los victimarios de los casos de
Soacha se vienen observando situaciones que transforman las dinámicas
psicosociales de las víctimas; inseguridad, miedo, ansiedad y paranoia son
algunas de las representaciones que las familias comienzan a percibir dentro de su cotidianidad.
La crisis se convierte entonces en un estado común
de estas víctimas; las madres, los hijos, las hermanas, las esposas advierten
la aparición de situaciones donde la tensión se eleva y provoca una
desorganización emocional, genera agresividad, pánico o disociación. Duelos
prolongados en los que las víctimas se estancan en una inmensa depresión de la
cual sienten no poder salir, donde por más de un año no ven ninguna opción para
afrontar la pérdida y la tristeza.
Es el tipo de duelo que con más frecuencia
evidencian las familias de Soacha víctimas de las ejecuciones extrajudiciales.
Las audiencias en estos casos crean la sensación de un duelo prolongado, donde
los recuerdos del joven fallecido y las circunstancias que rodearon su muerte
interfieren en la reanudación de la vida habitual de estas familias: ‘cuando yo
vi la foto de él casi me da algo […] es horrible ver cómo los volvieron, los
mataron de una manera horrible, en ese momento yo sentí que las piernas no me
daban y quería gritarles a los tipos esos cuánto daño le habían hecho en mi
familia y a mí […] sentía que me ahogaba’, cuenta una de las hermanas de los
jóvenes soachunos”. (s.f., Fundación para la Educación y el Desarrollo FEDES)
La
Justicia y la Memoria
La justicia es entonces un mecanismo reparador en
la medida que representa una sanción moral, pues hace evidente la injusticia de
los hechos y el valor humano de las víctimas, dando sentido al proceso de los
familiares por enfrentar la pérdida y los hechos de manera constructiva “yo lo
único que quiero es limpiar el nombre de mis hijos […] no me importa que me
amenacen pero yo seguiré en la lucha”. Estas familias, especialmente las madres
y esposas, han creado estrategias llenas de símbolos. Mediante representaciones
estéticas la memoria se convierte en la forma de rescatar la historia de sus
hijos y esposos: que reconoce la dignidad de las víctimas y critica a los
perpetradores, a la vez que les permite formar escenarios colectivos de duelo.
(Sin año, Fundación para la Educación y el Desarrollo FEDES).
Desarrollo
y análisis de la temática del film
Colombia es un país que lleva más de 50 años
sumergido en un conflicto armado que tiene raíces en aspectos sociales y
políticos. La historia habla de la puja por la participación política de
distintos sectores de la sociedad que han sido excluidos por parte de las
elites gobernantes de Colombia. Así mismo, los designios económicos del país,
se han trazado de manera que no recogen las necesidades, ni la voz de las
comunidades excluidas.
Además el llamado desarrollo ha pasado por encima
de la sociedad bajo una figura sustentada en el acaparamiento de tierra. Este
acaparamiento de tierra solo ha sido posible a través del uso de la fuerza, los
asesinatos y el desplazamiento forzado. Por ende, los resultados han sido las
condiciones sociales precarias de millones de personas en las principales
ciudades.
La película se desarrolla en uno de los barrios del
sur de Bogotá y logra mostrar una parte de la historia del país, antes
mencionada. Sin embargo, antes de poner la mirada sobre el problema que
denuncia (Ejecuciones extrajudiciales), expone precariedad social como
desempleo, grupos armados ilegales, consumo de drogas, abuso sexual, abandono
infraestructural y embarazos adolescentes entre otros que se manifiestan durante
el desarrollo de la película.
A través del film, logramos ver un barrio
construido sobre una zona de ladera con viviendas elaboradas en ladrillo,
bareque y en estado incompleto. Aspectos como el desempleo, se pueden ver a
través del comercio informal, la ocupación laboral en ventas callejeras y para el caso del protagonista, la búsqueda
constante de trabajo en diferentes opciones.
Expone una situación que se vivió en alguna etapa
del conflicto durante los ocho años del gobierno de Álvaro Uribe Vélez (2002-
2010), fue característico que se buscara ponerle fin al conflicto mediante la
vía militar y por lo tanto la exigencia de resultados a la fuerza pública,
adicional a las bonificaciones por positivos en combate, llevaron a que la
fuerza pública se apoyara en lo que
fuera para entregar resultados militares favorables al gobierno del momento.
En la búsqueda por mostrar bajas en combate, se
utilizaron más de 2100 jóvenes que fueron llevados a zonas de confrontación, se
los vistieron de militares y fueron presentados como resultados militares. La
película a la par con la muestra de situaciones sociales, va mostrando una de
las formas de reclutamiento que se usaron
en distintas ciudades del país.
El romance de Leidy y Ronald genera en el
espectador la esperanza de ver un final feliz. Es decir; la persistencia de
Ronald para “conquistar” a Leidy y el logro de ésta, nos genera satisfacción y
nos hace sentir identificados con su historia. Pero más allá de este romance
creado para ambientar la película, el cierre de la misma nos muestra
testimonios reales de jóvenes llenos de sueños y esperanzas para su familia. En
otras palabras, el director trata de acercar al espectador a esa realidad a
través de recrear un romance entre dos personas, pero sabemos que la realidad
es mucho más amplia y más devastadora.
Desde el Trabajo Social, el trabajo se debe
desarrollar con las víctimas de este flagelo: las miles de madres, esposas,
hijas, novias y familiares que quedaron devastados/as después del asesinato de
sus hijos. Hoy más que nunca es importante organizar las víctimas y que desde
su condición de sujetas políticas hagan un llamado a la paz con justicia social
y que esta trascienda la reparación material e integral, sino que brinde
transformaciones sociales en el país o de lo contrario el Estado vivirá
reparando victimas por muchos años.
Intervención desde el Trabajo Social
En Colombia, el conflicto armado ha dejado muchas
víctimas directas e indirectas no reconocidas. Además, en un contexto de
impunidad crónica como el de Colombia, los obstáculos en la búsqueda de
justicia afectan profundamente a las familias especialmente a las mujeres: el
acceso a la justicia continúa dificultado por el miedo, las amenazas y
hostigamientos, entre otras barreras históricas y cotidianas para las víctimas;
así como por la falta de atención y debida diligencia frente a sus derechos por
parte de las instituciones del Estado. (Alfonso y Beristaín, 2013)
¿Hacia dónde se deben
direccionar actualmente las intervenciones desde el trabajo social, partiendo
de las complejidades de la relación género/conflicto armado?
Ahora bien, frente a la interrogante que surge se
considera como fundamental que la intervención profesional salga a la calle,
vuelva a tener un protagonismo social. De tal forma, apoyándonos en Marchioni
(1987) se coincide que al creer que la intervención debe ser productiva, que
llame a los/as ciudadanos/as, no sólo en carácter de usuarios; para ello es
primordial que estos/as ciudadanos/as sean protagonistas activos en la solución
de sus problemas (que también son de los demás), a la vez que se cuente con el
apoyo y la ayuda de las administraciones locales y los profesionales.
(Marchioni, 1987:55)
De este modo, la intervención debe dirigirse al
trabajo mancomunado entre comunidad (específicamente las mujeres y familias
víctimas de los falsos positivos para este caso), la administración y los
profesionales (intervención triangular), donde cada uno ponga a disposición sus
capacidades, herramientas, habilidades y recursos para la planeación, ejecución
y desarrollo de los planes, programas y proyectos que se deben construir
conjuntamente entre las partes. Es aquí, donde se debe hacer uso de los métodos
y modelos del trabajo social para guiar y organizar el camino a recorrer en el
proceso con aportaciones teóricas, técnicas y metodológicas acordes al contexto local en
donde se desarrollara la intervención triangular.
En esta medida, el actuar debe enfocarse en
acciones sociales para la comunidad, en comunidad y con la comunidad. Donde, la
primera está orientada a responder aquellos servicios y prestaciones que el
estado está obligado a dar (por ejemplo la escuela); la segunda se caracteriza
por el acercamiento de los servicios al ciudadano, más que hacer mover al
ciudadano hacia los servicios y buscando una mayor versatilidad, productividad
y eficacia; y la tercera, busca que las acciones sociales se dirijan a toda la
comunidad, a todos los ciudadanos y ciudadanas, aunque se articule por áreas de
intervención, por barrios o por sectores de población (como las veredas en nuestro
contexto local).
Ahora bien, sumado a lo anterior hoy proponemos los
procesos de memoria histórica como base fundamental para la materialización de
lo planteado hasta el momento, de tal forma que la creación y permanencia en el
tiempo de esta memoria permite a una sociedad o grupo tener conocimiento de sí
mismos, de su historia y sus representaciones; en un intento por mostrar que el
pasado permanece, a pesar de que la historia sigue su rumbo. Y es por esto que
nos apoyamos en este proceso colectivo de memoria histórica, toda vez que
permite la creación de un lenguaje y un significado común entre los miembros de
una sociedad de forma tal que, cuando vuelvan al pasado, lo hagan de forma
combinada, dotándose a sí mismos de un
sentido compartido de ciertos eventos que, poco a poco, se van constituyendo
como parte fundamental de su identidad.
Uno de los elementos que, quizá, han contribuido a
la indiferencia con respecto al conflicto armado interno colombiano, hace
referencia a la falta de memoria, y de memoria histórica, por tanto se hace
importante el empoderamiento social. En definitiva, lo que se ha denominado la
intervención triangular se relaciona con los planteamientos de Belén Lorente
Molina de la Universidad de Cádiz, quien en su texto “Perspectivas De Género Y
Trabajo Social. Construyendo Método Desde El Paradigma Intercultural”, expone
la metodología del empoderamiento que se sustenta en un marco comunitario, el
cual tiene como objetivos:
ü La reorganización de las relaciones de poder que
producen formas de opresión sostenidas en el tiempo en diversos colectivos
sociales y culturales. La redistribución del poder constituye, por tanto, un
horizonte de transformación social que apunta a cambios estructurales.
ü La toma de
conciencia de las formas de opresión a las que está sometida una persona o
sujeto colectivo, y la adquisición de recursos y habilidades con la finalidad
de potenciar la capacidad de transformación que cada individuo o colectividad
posee, conforman dos metas sucesivas de intervención social bajo el enfoque del
empoderamiento.
De esta forma la acción de empoderar según la
autora se dirige a 1) democratizar los procedimientos de participación pública,
2) a incluir necesariamente, las voces y decisiones de los otros distintos a la
mayoría hegemónica, con la intención de generar visiones de la vida comunitaria
que tiendan a una nueva concepción de ciudadanía política, 3) a incidir con
ello en la re significación de ámbitos de la vida cotidiana que articulen
nuevos sentidos de la existencia. (Molina, 2003, p. 8)
Bibliografía
Botero Nieto Guillermo, “la ley de víctimas un
desafío y una oportunidad”, Bogotá D.C, febrero de 2012.
Fundación para la Educación y el Desarrollo FEDES,
sin año. Soacha: La punta del ICEBERG. Falsos Positivos e Impunidad. Impresión:
Ediciones Ántropos Ltda. Bogotá, D.C.
Gómez Cárdenas, Carlos Wladimir, (2010). TERRORISMO
DE ESTADO: EL CASO DE LOS FALSOS POSITIVOS EN COLOMBIA.
Guzmán, German (2005) La Violencia en Colombia.
Editorial Santillana. Bogotá Colombia
Marchioni, M. (1987).
Reflexiones en torno a la metodología de la intervención social en las nuevas condiciones
hoy. Documentación social, 69, 53-67.
Marchioni, M. (1989).
Planificación social y organización de la comunidad. Alternativas avanzadas a
la crisis. Madrid: popular (4ª edición, existen otras ediciones posteriores, la
última en 1997).
Osorio, Oswaldo (2011) Las oscuras sendas del país. Cinéfagos.net. Recuperado de http://www.cinefagos.net/index.php?option=com_content&view=article&id=868:silencio-en-el-paraiso-de-colbert-garcia&catid=16:cine-colombiano&Itemid=38
Proimágenes Colombia. (s.f.) Perfiles: Colbert
García. Director, guión. Recuperado de http://www.proimagenescolombia.com/secciones/cine_colombiano/perfiles/perfil_persona.php?id_perfil=3907
Redacción de El País (2012). La película 'Silencio en el paraíso',
ganadora en el Festival de Cine Español de Málaga. Recuperado de http://www.elpais.com.co/elpais/cultura/noticias/pelicula-silencio-en-paraiso-ganadora-en-festival-cine-espanol-malaga
Ríos, Sandra (2011). Silencio en el paraíso, un film para no olvidar la infamia. Cine
Vista blog. Recuperado de http://www.cinevistablog.com/silencio-en-el-paraiso-un-film-para-no-olvidar-la-infamia/
Link de la película Silencio en el paraíso
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